Yo era un periodista de un periódico de argentina, y digo era por que ya me retire, yo solía reunirme con el editor del diario en un centro comercial, en ese día, nos habíamos quedado conversando hasta la hora en la que el centro tenia que cerrar, lo único que quedaba abierto era el cine, así que aun quedaba un poco de gente, me despedí de mi editor y fui al estacionamiento.
Era ya muy de noche, y mi auto estaba sólito, ya que lo había estacionado un poco lejos, y los otros autos ya se habían ido, entro en el auto, meto la llave, y antes de que lo encienda, me estaban tocando la puerta, eran 2 niños, no debían tener mas de 12 años el mayor, y es posible que el menor tuviera entre 10 y 11, el mayor me hizo una seña para que bajara el vidrio, yo precavidamente, lo baje un poco, entonces mire con más atención a los niños, se veían bien, no parecían esos niños asaltantes, aunque andaban con sudaderas con capuchas, así que no podía verles bien la cara, el niño mayor empezó a hablar:
— Señor, me disculpo por retrasarlo en este día, donde se que debe estar muy ocupado, pero le pido por favor, que si usted puede llevar a mi y mi amigo a nuestras casas, ya que es muy de noche y no quiero que nos asalten en un paradero de buses o que nos demoremos mucho, ya que nuestras madres se pueden preocupar.
En ese tiempo, no era común que un niño tuviera un celular, pero yo les pregunte:
— Y, ¿Qué hacen tan de noche en el estacionamiento de un centro comercial?
El niño que ya parecía conocer que yo le daría esa pregunta respondió sin vacilar:
— Lo que pasa, es que estábamos viendo una película, y esta concluyo más tarde de lo que creíamos que terminaría, nosotros vivimos a no más de diez manzanas de aquí, pero es un viaje peligroso, para un niño caminar a estas horas de la noche, y el bus se puede demorar demasiado, así que le pido si es que usted nos puede llevar a nuestras casas, y como le he dicho, no son más de diez manzanas, así que no le debería hacer inconveniencia, ¿verdad?
No me sorprendía tanto que vinieran solos a ver una película, me sorprendía más de el léxico del niño, habla de una manera muy formal y a la vez, muy convincente, y casi le hablo la puerta del auto, pero mientras el hablaba, yo me había fijado en su compañero, este en vez de ver el posible resultado de la persuasión del chico, se fijaba más en los alrededores, como si se preocupara de que alguien lo viera hablando conmigo, así que respondí:
— No tienen de que preocuparse, el bus es muy seguro, y por este centro comercial, pasa con mucha frecuencia, así que no deberías tener problemas, vayan al paradero, no hablen con nadie, no miren nadie, esperen el bus,
paguen y váyanse a sus casas.
El niño mayor, que en toda la conversación había estado muy flemático, se puso muy preocupado, pero a la vez sorprendido, como si desde un principio diera por un hecho que se iría en mi auto, y su compañero se puso nervioso y miraba más por los alrededores, entonces el niño mayor me dijo.
— Señor, por favor, estamos muy preocupados de los que nos pueda pasar en estas horas de la noche, solo déjenos entrar, prometemos no hacerle perder nada de tiempo.
Entonces yo le respondí:
— Entiendo tu punto de vista, pero no debes preocuparte, por estos lados es muy seguro.
Entonces yo le estaba dando contacto al auto, mire a los niños, y vi que ya no tenían las capuchas de sus sudaderas, lo que vi fue muy perturbador... tenían los ojos completamente rojos, y no me refiero solo a la iris, tenían todo el globo ocular rojo.
Yo completamente asustado, di marcha, casi choco con las plantas del estacionamiento y me fui, y cunado vi e el retrovisor, vi que ya no estaban, no importa que tan rápido corrieran, aun se verían, pero no, no estaban, es como si nunca hubieran estado en ese lugar.
Di aviso a la policía de lo que paso, e hice una columna sobre ellos, el editor y el director del periódico me debían un favor, salio el periódico y en Internet también, y para mi sorpresa, en otros países se repetían la misma historia, un sujeto y 2 niños que insistían en entrar, en algunos casos en el auto y otros en una casa, el sujeto decía que no, de alguna manera veían los ojos rojos de los niños, cerraban o se iban, se aseguraban de que no estuvieran o los siguieran y para su sorpresa, ya no estaba ahí...
CreepyPasta de dominio público.
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FelipeGuzman (sábado, 28 septiembre 2013 12:21)
Pero ahí decía "Ojos negros", vale, soy de, España, me gustó mucho tu CrepeePasta.
Mi profesora de Inglés me contó algo de eso, de que en Francia solían insistir en entrar en casas y sucedía en muchos países, quien sabe si son muy espíritus, niños poseídos o niños enfermos. Vale, me gustaría visitar tu país a la Italiana jaja, me caen muy bien os italianos, mejor me caerán os argentinos.
sheila (lunes, 13 enero 2014 12:27)
felipe guzman soy investigadora me gustaria poder hablar contigo https://www.facebook.com/malaxetxebarria buscame en face
kevin ohiggins (sábado, 03 enero 2015 13:35)
felipe me encanto tu creepypasta