Orígenes IV

Ser detective, es sin duda un trabajo realmente duro. Puedes dedicar toda tu vida a un solo caso sabiendo que puedes jugarte la vida, eso sin incluir que puede fracasar en el intento de descubrir el caso. Han pasado dos años desde que empece a llevar a cabo esta investigación. Todo comenzó con la continua desaparición de personas que varios días después eran hallados sus cuerpos destrozados y mutilados.

Todos lo cadáveres presentaban signos de manipulaciones medicas que aludian a un experimento ilegal con personas, la ultima victima la numero 7  era un estudiante que se denuncio su desaparición y que varios días después fue encontrado su cadáver en las mismas circunstancias que los 6 cuerpos anteriores.

La Policía a alertado a la ciudad sobre este asesino. Esta mañana me enteré de la desaparición de un muchacho que era deportista o algo así, puede que sea su próxima víctima, gracias a unos soplones me han dicho que el muchacho caminaba tranquilamente y un tipo en un coche le disparó con un dardo y lo metió en un coche saliendo a toda prisa de la escena.

He tenido que soltar algo de pasta para conseguir esa información pero creo que vale la pena, ahora conduzco tras la pista de ese mal nacido. Según me han dicho era un coche negro que se dirigía por esta carretera hacia las afueras.

Dos años e destacado a seguirle la pista, ha sido muy difícil ya que sus asesinatos son muy impredecibles hay casi 2 meses de diferencia ente víctima y víctima pero porfin creo que voy a conseguir cazarlo, ahora me viene a la mente las palabras de mi padre, el siempre me decía que estudiará para ser médico pero no le hice caso y me hice detective.

Puede que hubiese sido menos estresante, pensar en eso me hace tener un mal sabor de boca del pasado, me olvidó de ello y sigo pensando en la posibilidad de cazar a ese asesino. Mientras conduzco apezar de la oscuridad de la noche pude ver el cartel que marcaba señalaba las afueras ciudad, a pocos metros pude ver un coche negro aparcado cerca de un puente.

La oscuridad era total, pare el coche y me acerqué con una linterna y mi pistola. Dentro del coche no había nada, di medía vuelta y marché, fue cuando baje la mirada cuando note que habían pisadas que no correspondian a las mías y que daban a un sendero debajo del puente.

Esta vez el asesino había sido más descuidado de lo habitual, las anteriores veces no dejaba ni una sóla pista que pudiera llevarle a este sitio.

Debía de aprovechar ese descuido, así que segui las pisadas, estas me llevaron a in enorme conducto de residuos cerca de la parte inferior del puente, el hedor de su interior me daba náuseas pero debía atrapar a ese desgraciado, el olor no era lo único desagradable de ese lugar realmente estaba pisando cosas asquerosas mezcladas con excrementos y comida podrida.

Cada paso que daba dentro de ese conducto era cada vez más asqueroso, cuando lleve al final del conducto me encontraba en una especie de caverna con escritorios y muchos papeles, no tenía tiempo para ojear todos esos papeles, puede que este oscuro y tenebroso sitio fuera la escena del crimen de todas sus víctimas.

Entonces pude ver una puerta metálica que estaba entreabierta con mi pistola cargada y lista para disparar entre silenciosamente, dentro había un laboratorio tan oscuro como el cuatro anterior con todo tipo de instrumentales quirúrgicos algunos incluso que nunca había visto en mi vida, me asombre al ver un enorme tubo enmedio del laboratorio, con la luz de mi linterna pude ver que adentro había algo...

Era una especie de criatura, no estaba seguro si era humano pero tenía una apariencia primitiva con garras afiliadas y largas. Nunca había visto algo parecido en mi vida, no podía ver bien su rostro me acerqué al tubo para poder verlo mejor...

No pude evitar disparar a esa cosa después del susto que me dio. El tubo empezó a soltar líquido mientras la criatura se desangraba hasta morir, el corazón se me iba a salir del pecho, causando conseguí relajarme me gire y apunte mi linterna para ver si había alguien mas, para mi sorpresa sentí un pinchazo en mi pecho...

Me había disparado con un dardo, el impacto fue tal que me quedé unos segundos sin respiración. Cuando pude recobrar el aliento me dijo cuenta de que la pistola se me había caído lo único que tenía a mano era la linterna, entonces pude ver a una persona con una máscara y ropas propias de un científico con un arma con la que me apuntaba, ese maldito bastardo me había pillado desprevenido acto seguido comenzó a hablarme:

— Ese dardo hará que en pocos minutos caigas en un sueño profundo, acabas de matar a la única creación en la que he llegando tan lejos, estaba creando al ser perfecto. Esta es la octava vez que lo intento y estaba apunto de conseguirlo pero tu lo has estropeado todo estaba nada más y nada menos que al eslabón perdió mitad animal mirad ser humano, es difícil hallar un ADN capas se soportar eso y como este último lo estaba consiguiendo, eres un estudio debería matarte.

— ¿Pues a que esperas? matame maldito enfermo, has matado a personas inocentes sólo para hacer este asqueroso experimento. Matame asqueroso bastardo.

Ese tipo se quedo apuntarme un rato apuntandome a la cabeza, estaba seguro de que yo iba a morí ya no sentía el dolor del dardo en mi pecho. Entonces apartó su arma y me dijo:

— No. Puede que me seas útil, creo que me siento generoso, vas a ser mi próximo espécimen de pruebas. Siente aforado, puede que te conviertas en mi mayor logro.

Sus palabras hicieron que se me helara la sangre, realmente ese loco iba a usarme como conejillo de indias para sus experimentos. Tenia que resistirme a todo costa. Pero el dardo comenzaba a hacerme efecto. Entre gruñidos y quejidos luchaba por que mis miembros no se durmieran, pero todo era inútil ya ni siquiera era capaz de ver con claridad y entonces me desplome. Que Dios me ayudé...

Hambre...

— ¿Que diablos hago aquí? quiero salir, salir de este sitio.

Hambre...

— Tengo hambre ¿donde estoy? Parece un puerto... Mis manos, que le pasa a mis manos, Dios santo soy un monstruo.

Hambre...

— ¿Que es es eso que miran esos marineros?, Deja de mirarme. 

Salte al muelle entre las sombras de la noche alejadome de las miradas aterradas de esos marineros, no tengo ni idea de como llegue aquí pero tengo ganas de comerme cualquier cosa, la carne de cualquier cosa. Pude ver a un perro que rondaba por los alrededores.

Hambre...

— Fue mi primera comida, estaba delicioso pero mi mente se debatirá entre instintos y pensamientos racionales.

Mi mente que antes era humana tenía miedo pero un instinto se sobreponia a ese y era el hambre, mi hambre nunca llegaba a saciarse. Era un carnívoro que devoraba sin cesar presas que podían desear. Estuve un tiempo escondido en los muelles y más de una vez fui visto por varios marineros del puerto.

“Debemos volver a Inglaterra. No debemos volver aquí por órdenes de

El Rastrillo."

El Diario de un Marinero: 1991

Estaba aterrorizadolos a todos hasta que un día decidí abandonarlo y adentrarme en los bosques. Con tal de encontrar comida era capas de entrar en casas ajenas incluso cuando había personas dentro, aveces he llegado a comer la carne de los seres humanos.

“Al pie de la cama, sentado y viéndonos de lejos, había lo que pensé era un hombre desnudo, o un gran perro sin pelo de algún tipo...”

Transcripción del testimonio de una testigo: 2006

El hambre me impide ser racional ya casi no recuerdo nada de mi pasado como ser humano. Ahora los seré humanos me temen, los acecho en la oscuridad y puedo a llegar a comermelos mientras duermen:

— El hambre. Ese maldito científico me ha echo esto pero ya apenas puedo recordar. No siento odio, miedo, ni tristeza,

Sigo teniendo hambre...

Historia proporcionada y escrita por ProyectoCabra.

Extraído de: Creepypastas, Mitos y Leyendas: ''COMIENZOS" No. 4.

Adaptación y ilustración Davinchi el wxp.